Cuando el diseño es aprendizaje
Cada diseño es una hipótesis y un experimento práctico. Diseñamos, estudios de caso permanentes. Es el ciclo de vida del diseño en general y de la arquitectura y del interiorismo en particular. Por su propia naturaleza el diseño es una solución a un problema en el que se interviene de una forma particular. Desde nuestra práctica creemos, que tanto hipotesis como la intervención deben ser articuladas de manera conjunta. Pero antes de servir para enriquecer el mito del estudio de genios y de los gurus del diseño, creemos que en la práctica, un estudio como el nuestro es algo más parecido a un espacio de aprendizaje.
Todo proyecto tiene una historia, y bien es cierto que hay estudios con su propia historia. Nos inspiramos en Ilse Crawford y su taller londinense. Integrar todas las partes del proceso de construcción, desde la estructura hasta sus detalles. Destilamos algunas de sus ideas para generar nuestro propio proceso creativo.
El diseño es un concepto abstracto, que le cuesta expresarse en palabras. En la práctica es díficil verbalizar el diseño. Damos por hecho que el diseño, y el proceso que apareja como resultado un diseño es intuitivo, o incluso «iluminado» por una cierto ejercicio del pensar, no lineal en el que el conocimiento implicito del arquitecto e interiorista juegan una parte primordial.
Pero los estudios que se adaptan a los nuevos tiempos debemos de dejar de pensar en ese compartimento a veces cerrado del estudio y el genio. El estudio que promovemos y en el que trabajamos es sobre todo un espacio de aprendizaje permanente, en el que entendiendo las necesidades de las personas, sus deseos, motivaciones y aspiraciones se crean soluciones de personas para personas. El estudio es una entidad de aprendizaje, abierta y colaborativa. Arquitectura e interiorismo van de la mano en un dialogo abierto a escuchar sobre todo las necesidades que deben ser solucionadas, por personas para personas.
5 pasos del proceso de diseño de un estudio de arquitectura e interiorismo
Hace algunos años el «design thinking» no era ni de lejos un vocablo común. Cuando comenzabamos a proyectar en el taller, lo hacíamos siguiendo esa intención de solucionar sin términos de por medio. Es verdad que hacer más depurado el proceso favorece un espacio mental más amplio en beneficio del proyecto en sí. Un embudo en el que se destilan las necesidades que buscan nuestras mejores ideas para solucionar de la manera más creativa posible nuestro espacio.
Ayudados por la tecnología para representar, graficar y materializar las sensaciones que queremos muestrear. Crear espacios actuales que nos dejen escapar de la tecnología. Mejores herramientas para pensar mejor y producir mejores diseños que nos inviten a desconectar. Design thinking: o pensamiento para aprendizajes abiertos, donde las hipotesis con las que parte nuestro trabajo se ponen a prueba. Adaptables y permeables, reflexivos. Ese es el espiritu del estudio de arquitectura e interiorismo honesto.